lunes, 3 de mayo de 2010

La Teoría de la Acción Comunicativa (Parte 1)

¿Cómo entender el concepto de acción comunicativa?

Habermas propone un modelo que permite analizar la sociedad como dos formas de racionalidad que están en juego simultáneamente : la racionalidad sustantiva del mundo de la vida y la racionalidad formal del sistema, pero donde el mundo de la vida representa una perspectiva interna como el punto de vista de los sujetos que actúan sobre la sociedad, mientras que el Sistema representa la perspectiva externa, como la estructura sistémica (la racionalidad técnica, burocratizada-weberiana, de las instituciones).

Habermas estudia a la sociedad como un conglomerado de sistemas complejos, estructurados, donde el actor desaparece transformado en procesos (sistema-racional-burocrático), y por otro lado, también incluye el análisis sociológico que da primacía al actor, como creador inteligente, pero a la vez sumergido en la subjetividad de los significados del mundo vital.

La técnica

Define el trabajo como “una acción medio-fin que para conseguir tal o cual fin, has de utilizar estos y los otros medios”.

En cuanto a la disputa sobre la técnica, Habermas se interesa especialmente por el proceso histórico.

La interpretación liberal de la técnica descansa en que el hombre tiene aún en sus manos la dirección del progreso técnico y ve en éste, la posibilidad de la libertad subjetiva: posibilidad de darle un sentido a la historia, pues de suyo carece de sentido.

En la interpretación conservadora, el hombre ha objetivado progresivamente sus acciones en las máquinas y es en los sistemas hombre-máquina donde se conjugan las acciones mecánicas y las reacciones humanas (convirtiendo al ser humano en un Cyborg enajenado).

Habermas cree que los antiguos ideales han muerto, pero cree también que se mantiene en pie el ideal por la emancipación.

Concepto de la acción comunicativa

A la esfera de trabajo, Habermas, contrapone el ámbito de la acción comunicativa, que define como “una interacción mediada por símbolos”. Dicha acción tiene como núcleo fundamental las normas o reglas obligatorias de acción que definen formas recíprocas de conducta y han de ser entendidas y reconocidas intersubjetivamente.

Este tipo de acción da lugar al marco institucional de la sociedad en contraposición a los sistemas de acción instrumental y estratégica.

Habermas asigna al marco institucional de la sociedad, las siguientes funciones:

Organización colectiva para la conservación de la especie, la cual no está asegurada exclusivamente por el instinto.

Institucionalización de los procesos de aprendizaje y acomodación.

La represión y canalización de tendencias libidinosas o agresivas que resultan disfuncionales para la propia conservación colectiva de la sociedad.

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